viernes, 26 de agosto de 2011

Me ha pasado algo curioso viniendo hacia aquí...

En el aula magna hemos tenido una pequeña discusión. Es sobre los juegos llamados "old school".

Para empezar, ¿qué es un Old School? Pues no lo tengo nada claro. Llevo ya tiempo jugando a múltiples sistemas, en múltiples mundos, desde partidas de un par de tardes a campañas de varios años a piñón, y no sé de lo que hablan cuando se refieren a juegos Old School.
Personalmente creo que en el rol hay tendencias: cuando empecé con mis primeros juegos (diseños míos basados en los libro-juegos de Livingston y Jackson) jugábamos a buscar tesoros y matar monstruos, claro. Pero siempre había algo más, y los dungeons no eran lo más importante ni por asomo. 

Luego vino MERP, al que jugamos mucho, mucho. Mis jugadores se pateaban Tierra Media de arriba a abajo, recibían recados y ayuda de gente como Elrond, Gandalf, Círdan, Thranduil... se colaron en varias guaridas sórdidas de orcos tanto en Gundabad como en Mordor. Pero claro, resulta que MERP no es Old School (aunque metas "dungeons"... que cual habrá más cafre que Moria, por ejemplo). 
 "Las Puertas de Durin, señor de Moria. Entra, amigo, si hay huevos"

Lo mismo con Runequest, con cacerías de slarges, sirviendo a Orlanth y yendo de borrachera con dragonuts. Pero tampoco es Old School. Y eso que es del 1978. Debe ser Old College, entonces.

Intercalamos con AD&D, aunque nos gustara bastante menos, y de igual forma era más importante defender la fe, o el reino que andar machacando peña de vida subterránea. Es más, creo que mis jugadores era con lo que más se aburrían. Querían interacción, batallas y épica.

Luego vinieron muchos juegos más, y más concretamente el, en teoría, "aniquila Old-Schools": Vampiro. Vampiro fue para mí y otros muchos una revolución, claro. La coña es que eso de llevar al monstruo yo personalmente ya me lo sabía, tanto de llevar Uruk-hai en MERP como de hacerse profundos y burradas así en partidas de una tarde de Cthulhu. Sí, a veces se nos iba la pinza. Pero molaba.

En fin. Que mi tendencia fue pasar de que me importara mucho tener en cuenta siempre todas las reglas a, paulatinamente, que me dieran un poco igual. Es más, actualmente juego a sistemas cuanto más sencillos, mejor, primando la trama y los personajes por encima de la tabla de pifias o los momentos de reacción.

Personalmente creo que lo que algunos llaman juegos Old School no son más que un estilo de juego. Un máster narrativo podría pillar Donjon, La Marca del Este o Tunnles&Trolls y hacer virguerías, haciendo que  Bob Herzog se revolviera en su tumba si no fuera porque el hijoputa todavía no se ha muerto.

Del mismo modo que he visto cómo partidas de Vampiro se transformaban en Old School puro y duro: no hay más que pillarse cualquiera de los módulos de "Diablerie en..." para ver que no son más que dungeons donde al final en vez de matar al bicho te lo bebes.
 "Diablerie en Mexico: Dungeon para vampiros de niveles 12-15"

Old School es un estilo. Éso creo yo. Un estilo en el que primaría el sistema por encima de todo. Donde hasta el máster debe agachar la cabeza ante una tirada, porque los dados son los que llevan la voz cantante.
Yo nunca he jugado con mapas cuadriculados en la mesa y figuritas, ni me apetece. Nunca he permitido ataques de oportunidad. Nunca he permitido que las reglas terminen la diversión, porque creo que jugar a rol es otra cosa. Porque ésa es mi forma de verlo, el modo en que mi juego ha evolucionado y la forma en la que encaja en mi grupo. 
¿Tú tienes otro estilo de juego? ¿Te funciona? ¡Genial! Porque lo grande de ésto es que no hay formas mejores ni peores de jugar: sólo formas diferentes.

martes, 23 de agosto de 2011

La de juegos que tenemos.

Hay que ver. 

Yo me considero aficionado al rol, entre otras cosas. Me gusta leerlo, jugarlo, saborearlo, disfrutarlo. Y coleccionarlo. Hay juegos grandes, pequeños, completos, sencillos, ilustrados, sosos, complejos, fáciles, en tapa dura, en PDF... De todo.

Y me encantan todos. Desde todo el extenso (y denso) material que tengo para MERP o La Llamada de Cthulhu (casi todo) hasta mi preciado Cat, de John Wick, comprado en Londres.
Lo que me encanta de esta afición es la inmensa variedad que tenemos: puedes ser un paladín de brillante armadura en Krynn, un vampiro conspirador en la Venecia del XVI, un piloto kamikaze de A-Wing sacrificándose por el grupo, un bibliotecario que ha leído lo que no debía en el París de 1926, un bárbaro hollando los reinos hibóreos con sus sandalias...

Incluso podemos ser paladines en diversos lugares (y sistemas de juego). No es lo mismo ser piloto de caza en Star Wars que serlo en Battlestar Galactica, Traveller o Eclipse Phase. 

Por eso, habida cuenta de que hay múltiples mundos, múltiples sistemas y múltiples formas de jugar... ¿por qué hay gente que juega siempre igual?
Dale a la rueda para la cara, pero el resto queda igual...

Es curioso, pero en mi experiencia me he encontrado gente que ya puede ser guerrero, oficinista, mercenario, ladrón, policía, cura, guardabosques o diletante: siempre son el mismo personaje. Es como ver una película de Meg Ryan o de Hugh Grant.

Y me pregunto: ¿por qué, entonces, no intentas asumir una nueva personalidad o rol (ésto va de éso) ya que esta maravillosa afición te lo permite. Sinceramente me cuesta entender la razón.
Entiendo que haya ciertos roles más fáciles de asumir por unos u otros jugadores. Pero ¿encorsetarse siempre en el mismo? No.
Entiendo que si el máster se curra plantear un mundo entero distinto cada vez, con múltiples Pnjs todos dintintos cada vez, múltiples aventuras todas distintas cada vez y múliples resoluciones todas distintas cada vez... ¿Por qué puede costar tanto a ciertos jugadores, de vez en cuando, cambiar la forma de ver el mundo de sus personajes? ¿De probar ser distinto? ¿De saborear otra forma de jugar?

Dudo que sea un esfuerzo tan grande.

lunes, 22 de agosto de 2011

Aventuras en la Marca del Este

Después de darle muchas vueltas y vueltas, al final vi que no era mala idea de todo pillarse la Marca del Este, sobre todo por pillar producto nacional, pero en gran medida porque me puede servir como juego base para jugar con mis Secuaces de la Malignidad (mis cuatro sobrinos, vaya).

Ya son expertos jugadores de Heroquest básico, de Dragonfire, Zombies!!!, Fuzztoons... Los puse a andar con La Furia de Drácula, Middle-Earth Quest, Cruzada Estelar... y tantos otros.

Pero el Heroquest y el Middle-Earth Quest les gustan especialmente, así que me decidí a plantear ciertas partidas pseudoroleras usando sistemas de juego míos y probando otros como el Dragon Age, AD&D o incluso Traveller.

Al final me pillé AMdE hace unos días por sencillo y bien planteado. A ver cuándo puedo sentarlos a la mesa con calma y proponer una Campaña en condiciones, roleando y leveleando y disfrutando de ésta mi afición, que espero que algún día sea la suya también.

martes, 2 de agosto de 2011

The One Ring: poco a poco

Cubicle7 nos muestra lo que será el tercer juego de El Señor de los Anillos de Tolkien.
 Una ficha y unos cuantos tipos de personaje posibles son el aperitivo de lo que promete ser un juego de rol que, por fin, refleje fielmente el espíritu de lo que El Señor de los Anillos representa. Supongo que muchos de vosotros, como yo, tendrá muy dentro en su coranzoncito rolero el MERP. Para mí fue el juego que me metió de lleno en ésto, así como para otros fue Dungeons.
Vale, he escuchado a algunos decir que era complejo, algo difícil de jugar (e incluso a algún cretino decir que "nunca había jugado ni jugaría a MERP ni a Rolemaster por principios". Tiene que haber de todo). Pero marcó una época y es un gran juego.

CODA... en fin. Lo tengo, lo jugué fugazmente y me gustaron ciertos aspectos del mismo, sobre todo porque te metía más en atmósfera que MERP. Pero le faltaba algo.
He jugado en Tierra Media con otros sistemas, pero no encontraba nada que realmente me llenase. Lo que más, y éso que no llegué a jugar en Tierra Media, pero cuyo sistema creo que me hubiera convencido más supongo que sería The Riddle of Steel. El último ejemplo fue el "hack" de The Mouse Guard con montaraces en vez de ratones: Realm Guard.

Pero no sé... sólo viendo la ficha de The One Ring ya me encanta. Le veo posibilidades. Sistema sencillo (1d12 siempre, más 1d6 por cada punto de Habilidad). Aparte, que me atraen los juegos sin los sacos de vida que son los Puntos de Golpe... "Miserable", "Herido" y "Exhausto". Así de simple... y nada de "me quedan 20 puntos de vida"... "ya, pero ¿de cuántos que tienes?".

A ver si cubre mis espectativas.
Un saludo!